Motivado por el cariño hacia los animales, su devoción a San Antonio Abad y con el objetivo de mitigar el dolor que los humanos infligían a los animales, bien fuera por negligencia, por verlos como objetos utilitarios al servicio del humano, o bien por crueldad deliberada de la cual él era testigo, Don Antonio creó la Fundación AntonioHaghenbeck y de la Lama, IAP.
A raíz de su partida en 1991, la Fundación Antonio Haghenbeck, tomó como programa prioritario la esterilización, al ser una medida de control de la natalidad de perros y gatos, la cual prevalece sin límites en las calles de nuestro país. No obstante, el grave problema de salud pública que representa la reproducción sin control de los animales, ha sido manifiesto que la sociedad civil es la más interesada en controlar los nacimientos de perros y gatos.
El trabajo sistemático en esterilizaciones empezó en 1996 en apoyo a las personas que tenían muchos animales y a protectoras independientes, lo que les permitió ayudar a más animales.
A la fecha la Fundación Antonio Haghenbeck ha apoyado a Asociaciones Protectoras de Animales en toda la República.
Este esfuerzo evolucionó a lo que hoy conocemos como campañas masivas de esterilización. A la fecha se han logrado 576,000 esterilizaciones, evitando el nacimiento de varios millones de criaturas en un mundo inclemente para ellos. También se han evitado los problemas de salud que conllevan la sobrepoblación.
Asimismo, a lo largo de las últimas 3 décadas, la Fundación Antonio Haghenbeck ha participado activamente en foros y mesas de trabajo dedicados a la formulación de leyes, reglamentos, normas y políticas de salud como lo fueron las campañas de vacunación contra la Rabia, la ley de Protección Animal aprobada en el DF (ahora CDMX) en 2002, entre muchas otras – este esfuerzo es un pilar fundamental sobre el cual continuamos construyendo nuestros vínculos con autoridades y protectoras de animales.
En Fundación Antonio Haghenbeck trabajamos a través de cinco programas en pro de una vida digna para los seres vivos:
Rescatamos, Esterilizamos, Rehabilitamos,
Buscamos Adopciones y Ayudamos
Si bien desde que surge la Fundación Antonio Haghenbeck, el rescate de animales ha sido un desafío cotidiano; en 2008 se estructura profesionalmente y se crea la Unidad de Servicios y Emergencia Animal (USEA) ante la necesidad de una entidad que atendiera los casos de animales domésticos y de fauna silvestre accidentados, heridos o atrapados en la vía pública capitalina. Hoy la Fundación Antonio Haghenbeck cuenta con dos ambulancias y con un notable talento especializado en rescates, atendiendo las emergencias en CDMX.
La esterilización siempre ha sido considerada en la Fundación Antonio Haghenbeck como el único recurso humanitario y real para resolver el problema del animal en situación de calle. Todo animal que llega a nuestras instalaciones se esteriliza, se desparasita y se vacuna.
Nuestra participación sistemática en campañas masivas de esterilización se dirige principalmente a zonas con difícil acceso a servicios médicos veterinarios.
En estas campañas nuestro contingente de Médicos Veterinarios Zootecnistas atiende al año a decenas de miles de animales de manera gratuita, en colaboración con autoridades de municipios y alcaldías en CDMX y en diversos Estados de la República.
El trabajo de rescate de un animal no termina sino hasta el momento en que se resuelve su destino.
Cada perro y gato rescatado vive un proceso de atención médica, rehabilitación física, emocional y conductual en manos de los profesionales de nuestro Centro Médico Veterinario.
Este proceso lleva aproximadamente tres meses.
Aunque Fundación Antonio Haghenbeck promueve las adopciones desde 1984, y ha trabajado durante 4 décadas intensamente buscándole un “hogar para el resto de la vida” a cada uno de los miles de animales rescatados a la fecha; en 2007 se estructuró formalmente el programa de adopciones.
La Fundación Antonio Haghenbeck cuenta hoy con un equipo de rehabilitación emocional y conductual de los animales que rescatamos, con el objetivo de maximizar el éxito al buscar adopciones en una forma estructurada y así, abrir ese cuello de botella que de otra manera restringe nuestra capacidad
de ayudar a más.
Desde 1992 Fundación Antonio Haghenbeck, a través de instituciones especializadas en geriatría y en el asilo de ancianos, contribuye económicamente con objeto de dar una vida digna a adultos mayores de bajos recursos o con discapacidad derivada del Alzheimer.
Además, ofrecemos dos
Desde 2018, atención médica a costos accesibles
en nuestro Centro Médico Veterinario
Servicios de baño, corte de pelo y spa para perros y gatos
Av. Insurgentes Sur #192, Roma Norte, CDMX
Horarios:
Lunes – jueves y sábados:
10:00 am a 6:00 pm
Viernes:
CERRADO
Domingo:
10:00 am a 5:00 pm
55 5929 9213
Tenemos a la venta distintos artículos elaborados por PYMES mexicanas: cada vez que adquieres un artículo, estas empresas donan un porcentaje de la compra para fondear nuestra labor y así cambiar el destino de más peludos.
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Horarios:
Lunes – sábado:
9:00 am a 6:30 pm
Domingo:
10:00 am a 6:30 pm
¿Quieres colaborar?
55 5512 0013 ext. 103
Lo generado a través de ambos apoyan a la labor del programa de Adopciones.
Estamos orgullosos de nuestra historia y constantemente buscamos mejorar y amplificar nuestro impacto en pro de una vida digna para los seres vivos.
El 14 de febrero de 1902 en Tacubaya, Ciudad de México, nació Antonio Haghenbeck y de la Lama, nuestro fundador.
Desde su infancia, Don Antonio se interesó por el pasado y su conservación. Desde siempre, la pintura y su amor por los animales fueron destacables.
En 1910, al iniciar la Revolución Mexicana, Doña Guadalupe de la Lama y Don Agustín Haghenbeck Sanromán, madre y padre de nuestro fundador, como muchas familias con recursos, emigraron a España, donde vivirían hasta 1917.
En estos años, Antonio realizó distintos viajes en Europa guiado por su fe católica.
La familia regresó a México, ya sin su padre, y su hermano mayor ahora casado. Antonio se dedicó al cuidado de su madre y sus hermanas, y con los años mantuvo la estabilidad económica de la familia. También se dedicó al coleccionismo.
Gracias a su talento, a su sentido de responsabilidad y a su sensibilidad, Antonio adquirió la Casa de la Bola, su residencia permanente, y la ex-hacienda de San Cristóbal Polaxtla, San Martín Texmelucan, ubicada en el Estado Puebla, y las convirtió en una especie de cápsulas del tiempo. En sus espacios recreó el ambiente de las casas del siglo XIX, como aquellas en las que había crecido.
Parte de la ex-hacienda de San Cristóbal fue acondicionada para alojar a un grupo de monjas; una de sus muchas muestras de apoyo filantrópico, gracias a las cuales era frecuente que recibiera postales y cartas de agradecimiento.
Antonio, interesado desde siempre en el arte, estableció una
Fundación Cultural a la que dejó a cargo de su colección, resguardada en la Casa de la Bola, en la ex-hacienda de San Cristóbal y en la ex-hacienda de Santa Mónica, en el Estado de México.
En la actualidad, las tres son conducidas por la Fundación Cultural Antonio Haghenbeck y de la Lama, IAP, funcionan como casas-museo con acceso al público, con programas educativos y artísticos de gran calidad.
El 8 de febrero de 1984, Don Antonio, movido por el dolor que los humanos infligían a los animales, bien fuera por negligencia, o por verlos como objetos utilitarios al servicio del humano, o bien por crueldad deliberada de la cual él era testigo, creó la Fundación Antonio Haghenbeck y de la Lama, IAP.
Don Antonio fue un pionero en la Protección a los Animales en México, dio vida a proyectos de gran trascendencia para mitigar el dolor en las vidas de animales de diversas especies y también para buscar solución al grave sufrimiento del animal callejero. Su alcance cubría desde la protección a los animalitos callejeros - invisibles al paso de los humanos, hasta su profunda preocupación por las prácticas crueles en antirrábicos y rastros.
Antes de irse, Don Antonio se preocupó por buscar, conocer y trabajar con protectoras de animales independientes, cuya vocación garantizara el perpetuar su voluntad: “El dedicar sus bienes a la Protección de los Animales”, y que tuvieran la capacidad y compromiso de conducir a Fundación.
Don Antonio en vida, solicitó al que habría de ser el Patronato que formó antes de su muerte que: “de ser necesario ayudar a humanos”, esta ayuda fuera dirigida a adultos mayores cuya vulnerabilidad y dependencia para sobrevivir fuera semejante a la condición de los seres a los cuales la Fundación Antonio Haghenbeck se enfoca.
Don Antonio murió en septiembre de 1991, dejando su generosidad, sensibilidad y amor a los animales como un decreto de su voluntad en la Fundación que lleva su nombre.